ORACIÓN DE LA MAÑANA (3º A 6ºEP) - 21 DE OCTUBRE

 

Empezamos nuestra oración haciendo silencio por dentro y por fuera, que nada ni nadie nos distraiga en este momento tan importante.

Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios.

Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces).

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO…

Ayer, 20 de octubre, celebraba la Iglesia el día de DOMUND, domingo mundial de las misiones. Comenzamos la semana orando por aquellos que dan su vida para que otros conozcan a un Dios que es cercano a todos.

Mientras el alumno que está sentado más cerca de la mesa del profesor cuelga el cartel de este curso, vamos a poner nuestros ojos en el lema de este año, vamos a pensar en él palabra por palabra: “Id e invitad a todos al banquete”. 

ID: La necesidad de ponernos en camino resuena en nuestro corazón y en el de todos los misioneros. Necesitamos acercarnos al otro, al que nos necesita. No podemos esperar a que él venga por si solo.
INVITAD: Nada de obligaciones o imposiciones, Jesús nunca obligó a nadie a nada, solo propone un modelo que puede hacernos felices y todos podemos rechazar o aceptar esta invitación.
A TODOS: Nadie está excluido, ni siquiera el que se porta mal, este banquete está abierto a “todos, todos, todos” los que acepten la invitación.
AL BANQUETE: Un banquete que no consiste en hartarse de comer o de beber, un banquete que consiste en hartarse de ser felices a través de Cristo. Un banquete en que todos nos sentimos amados por quienes nos rodean y por un Dios que desde el cielo siempre nos acompaña a través de la Eucaristía.

¿Qué actitud muestran las personas que aparecen en el cartel?
¿Cuál es el Banquete al que se les está invitando? ¿Aparece en el cartel?

El Papa nos recuerda también que en estos días es el momento de dar gracias a Dios por la vida de todos los misioneros cuyo compromiso con el Evangelio, con invitar al Banquete, se convierte en una opción de vida radical que les lleva a contextos complejos en que no existen las comodidades. 

Escuchamos ahora el testimonio de Álvaro Rodríguez Jover, misionero claretiano, que explica lo que vivió en Zimbabue como recién llegado:

Me quedo con lo que me ocurrió al poco de llegar, cuando fui a pasar el Triduo Pascual a Zhomba. Yo iba a quedarme en la residencia de la comunidad, pero al llegar uno de los misioneros me invitó a ir con él a uno de los centros de la misión. 
Pensaba que íbamos a ir en coche. Y así hubiera sido, si no fuera por la lluvia que hizo impracticable el camino. Fuimos caminando, unas cuatro horas, y llegamos antes de comer a nuestro destino. Nos aseamos, comimos algo y nos preparamos para celebrar el Jueves Santo. 
He de decir que estuve muy a gusto, pero que me llamó la atención la poca gente que había en la celebración. Y me pregunté, con mi mentalidad utilitarista, si merecía la pena esa caminata e ir tan lejos para “cuatro gatos”. Tampoco es que me hiciera mucho problema, pero fue de esas veces que te da por cuestionar las cosas.
Tras la misa, el misionero me fue presentando a la gente. “Este es que aquí..., se llama así..., es catequista..., etc.”. Y me presentó a un señor, tendría unos setenta años o más, que había andado más de 25 km para venir a la celebración. Entonces me dio vergüenza haber tenido esos pensamientos y me quedé maravillado ante la fe de aquel hombre. A veces decimos que ese tiene mucha fe o poca. ¿Cómo se mide la fe? Resulta difícil decirlo, pues solo Dios puede juzgar el corazón de cada uno. Pero, si se pudiera medir con precisión, para mí está claro que la fe se mediría en kilómetros. ¿Tendría yo esa fe para caminar tantos kilómetros para celebrar la eucaristía?

¿Cuántos kilómetros estarías dispuesto a caminar tú para dar una buena noticia que sabes que puede hacer plenamente feliz a quién la oiga?

Oramos todos juntos con la oración del DOMUND que nos está repartiendo el profesor (esperamos un poco para que todos tengan la oración):

Señor, ¿a quiénes nos falta
por invitar a tu fiesta?
Guía nuestros pasos hacia ellos
e "inspíranos el gesto
y la palabra oportuna",
para que puedan descubrirte
a través de nuestra cercanía,
nuestra ternura, nuestra compasión
y nuestro anuncio de esperanza.

Te pedimos de un modo especial
por todos los misioneros y misioneras
que te anuncian entre los más pobres.
Haz que juntos, ellos y nosotros,
apoyados en la oración, pegados a Ti,
llevemos incansablemente al mundo
tu invitación al Banquete de la fraternidad,
al que nos congrega cada domingo
y al que no tendrá fin, en el cielo.

Santa María de la fiesta de bodas,
ruega por nosotros. Amén.


Le damos gracias a Dios por todas las personas que se atreven a salir cada día a los cruces de los caminos para invitar al banquete.

Al finalizar la oración os entregarán también un sobre, para que los misioneros como Álvaro Rodríguez Jover puedan llevar a cabo su misión es necesaria la colaboración de todos. Por eso en estos días la Iglesia nos pide una aportación económica para sostener las misiones. Podéis devolver el sobre durante la semana a los tutores y lo haremos llegar para que vuestro donativo ayude a seguir invitando al banquete.

Beato Marcelo Spínola, acompáñanos en nuestro caminar.
María, Virgen de Loreto, llévanos a Jesús.





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