ORACIÓN DE LA MAÑANA (EI, 1º Y 2º EP) - 26 DE FEBRERO DE 2025

¡Buenos días! 

Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. 

Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. 

Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces) 

Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. 

Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: 

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO… 


Comenzamos la oración de la mañana escuchando una preciosa historia de bondad, perdón y generosidad:


En un bosque frondoso vivía un árbol muy especial. Era tan grande y frondoso que los animales lo admiraban, sus ramas eran como brazos que ofrecían sombra y cobijo a los pájaros, sus raíces profundas sostenían la tierra. Pero lo más maravilloso de este árbol era su corazón lleno de bondad y generosidad.

Un día, llegó al bosque un erizo muy enfadado. Había tenido una discusión con su amiga la ardilla y se sentía solo y triste. El erizo caminaba sin rumbo fijo, pinchado por su propia ira. Al ver al gran árbol decidió esconderse entre sus raíces para llorar a gusto.

El árbol, al sentir la tristeza del erizo, extendió sus ramas y le invitó a subir. El erizo, sorprendido, aceptó la invitación. Desde las ramas, podía ver todo el bosque: los pájaros cantando, los conejos jugando y las flores floreciendo. El árbol le contó historias sobre la amistad, el perdón y la importancia de ser bueno con los demás.

Al escuchar las palabras del árbol, el erizo se sintió mucho mejor. Se dio cuenta de que había sido injusto con su amiga y decidió ir a pedirle perdón. Con el corazón lleno de esperanza, el erizo bajó del árbol y se dirigió hacia la madriguera de la ardilla. 

Cuando se encontraron, el erizo le pidió perdón y le explicó lo que había sentido. La ardilla, que también extrañaba a su amigo, lo perdonó de inmediato y volvieron a ser inseparables. 

Desde ese día, el erizo y la ardilla siempre fueron muy buenos amigos. Y el árbol, que había sembrado la semilla de la amistad y el perdón, siguió siendo el lugar favorito de todos los animales del bosque.


¿Qué harías si estuvieras en el lugar del erizo o de la ardilla?

¿por qué es importante pedir perdón? ¿Somos capaces de perdonar?

¿Qué haría nuestro amigo Jesús?


Jesús, ayúdanos a reflexionar sobre nuestras acciones. Sabemos que pedir perdón es difícil, pero también sabemos que es muy importante para mantener la amistad.

Gracias, Dios, por tu amor y tu guía.


Terminamos la oración rezando juntos… DIOS TE SALVE, MARÍA…


Beato Marcelo Spínola, acompáñanos en nuestro caminar.

María, Virgen de Loreto, llévanos a Jesús.







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