ORACIÓN DE LA MAÑANA (ESO Y BTO) - 10 DE FEBRERO DE 2025
Empezamos nuestra oración haciendo silencio por dentro y por fuera, que nada ni nadie nos distraiga en este momento tan importante.
Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios.
Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces).
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO…
Comenzamos la mañana escuchando el Evangelio de ayer domingo:
En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón y le dijo:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Llenaron las barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Este Evangelio nos recuerda que Jesús quiere que nos atrevamos a navegar mar adentro, más allá de los lugares a los que estamos acostumbrados, desea para nosotros que seamos “pescadores de hombres”, capaces de poner todas nuestras cualidades en juego y que nos convirtamos en un instrumento capaz de mejorar el mundo en que vivimos.
En esta semana en que celebramos Manos Unidas, esta lectura nos recuerda la importancia de no quedarnos impasibles, de involucrarnos y no mirar hacia otro lado ante el sufrimiento ajeno. Que seamos “manos que dan lo que reciben en la gratuidad multiplicada, siempre más manos, siempre más unidas” (Pedro Casaldáliga).
Pedimos por nuestros compañeros que hoy cumplen años.
Terminamos la oración EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO…
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