ORACIÓN DE LA MAÑANA (3º A 6º EP) - 4 DE ABRIL

¡Buenos días! 

Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. 

Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. 

Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces) 

Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. 

Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: 

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO… 

 

Comenzamos la oración de la mañana con la lectura de este cuento que se titula “El puente de Marcos y Andrés”


     Marcos y Andrés eran mejores amigos desde la infancia. Hacían todo juntos: jugaban, reían, estudiaban, iban al cine,… hasta que un malentendido los separó. Un día, Andrés escuchó un rumor de que Marcos había hablado mal de él y, sin preguntarle, decidió dejar de hablarle. Marcos, dolido por el rechazo de su amigo, también se alejó. Los días pasaron; sin darse cuenta, el enfado se convirtió en orgullo, y ninguno quería dar el primer paso para arreglar las cosas.

     Un día, el abuelo de Marcos lo llevó a caminar por el campo y le contó una historia sobre dos hermanos que se pelearon y construyeron un muro entre sus tierras. Pero un día, en lugar de seguir separados, decidieron construir un puente para reencontrarse. Marcos entendió el mensaje y, al día siguiente, dejó una nota en la mochila de Andrés diciendo: "Amigo, ¿podemos hablar?" Al verla, Andrés sintió un nudo en la garganta. Se dio cuenta de que su orgullo lo había mantenido alejado de alguien que realmente le importaba.

   Cuando se encontraron, ambos hablaron con el corazón y descubrieron que todo había sido un malentendido. Se pidieron perdón y se dieron un abrazo sincero. Desde ese día, aprendieron que el orgullo solo construye muros, pero el perdón construye puentes. Porque al final, lo más valioso no es ganar una discusión, sino recuperar a las personas que realmente importan.

 

Si estuvieras en el lugar de Marcos o Andrés, ¿habrías dado el primer paso para reconciliarte?

Si hoy tuvieras la oportunidad de reconstruir un puente con alguien, ¿quién sería y qué podrías hacer para empezar?

 

     Hoy te pedimos que nos enseñes a construir puentes que nos acerquen a los demás.

 

    Terminamos nuestra oración rezando todos juntos PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO...

Beato Marcelo Spínola, acompáñanos en nuestro caminar.

María, Virgen de Loreto, llévanos a Jesús.

 


 



 


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