ORACIÓN DE LA MAÑANA (3º A 6º EP) - 6 DE OCTUBRE DE 2025

¡Buenos días! 

Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante. 

Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios. 

Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces) 

Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él. 

Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana: 

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO… 

 

Comenzamos la oración de la mañana escuchando un fragmento del evangelio según San Lucas:

     En la época de Jesús, sus amigos le dijeron: “Queremos que nuestra fe sea grande”.

     Jesús les dijo: 
     -Si tuvierais una fe tan pequeñita como un grano de mostaza, diríais a un árbol: “Arráncate de la tierra y plántate en el mar” y os obedecería.
     ¿Qué haríais vosotros si tuviérais un criado? ¿Le decís que se siente a comer con vosotros? ¿o le encargáis que os prepare la cena y ya luego que coma él? ¿daréis las gracias al criado por hacer lo que le habéis mandado?
     Pues así también vosotros cuando hagáis todo lo que os manden, decid: “Tan solo hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
 

     En este evangelio, Jesús nos enseña que las cosas grandes se esconden en las cosas más pequeñitas. Nosotros también somos pequeños, pero gracias a Dios podemos hacer grandes cosas.

     Además, Jesús nos dice que seguirle significa servir con humildad, sin esperar premios ni aplausos.
     Piensa en algo que puedes hacer tú hoy… Quizás puedes ayudar a un compañero, recordarle que anote los deberes en la agenda, ayudar a papá o mamá en casa poniendo la mesa… 
 

     Jesús, te pedimos que nos enseñes a vivir con humildad, haciendo el bien sin esperar premios ni recompensas.

 

     Terminamos la oración rezando juntos: PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO…

Beato Marcelo Spínola, acompáñanos en nuestro caminar.

María, Virgen de Loreto, llévanos a Jesús.
 
 

 
 
 


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