ORACIÓN DE LA MAÑANA, ESO Y BACHILLERATO. Viernes 22 de septiembre de 2023
Buenos días, vamos haciendo silencio y nos preparamos para comenzar la oración.
Ve dejando tu cuerpo sereno, aparta la pereza, la desgana o la preocupación y respira profundamente, llenándote de Vida... Deja que tus pulmones se llenen por completo y suelta el aire despacio, hasta vaciarte... 3 veces... Percibe, en un momento de silencio, el regalo de la vida, conéctate por dentro con las personas y las cosas que hay a tu alrededor, toma conciencia de la suerte de estar aquí y ahora.
Hoy vamos a detenernos en una parábola de Jesús que se leerá en la eucaristía de este domingo.
«El Reino de los Cielos se parece a un
propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después
de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió al
caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que
estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos
ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los
jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los
primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
"Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a
nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a
uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en
un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es
que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener
tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los
primeros los últimos.»
Nosotros estamos demasiado
acostumbrados a pedir algo a cambio que se corresponda con nuestro esfuerzo.
Esperamos que nos agradezcan lo más mínimo que hagamos, y no solemos valorar
tanto lo que los demás ponen en juego por nosotros. En esta mañana, recibe esta
historia que te habla de un Dios que valora a cada persona, cada esfuerzo… Que
no contabiliza retrasos en su corazón y siempre acoge a quien vuelva a sus
brazos.



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