ORACIÓN DE LA MAÑANA (EI, 1º Y 2º EP) - 28 DE ABRIL
¡Buenos días!
Nos serenamos, hacemos silencio por dentro y por fuera, no permitas que nada ni nadie te distraiga en este momento tan importante.
Vamos dejando nuestro cuerpo cada vez más quieto. Nos sentamos correctamente, nuestra espalda recta, los pies tocando el suelo, enraizados con nuestro planeta que es regalo de Dios.
Cerramos nuestros ojos, y ponemos toda nuestra atención en la respiración… Cogemos aire, lo soltamos despacito… (3 veces)
Cae en la cuenta de que Dios está contigo, escuchando lo que hoy le quieres decir y esperando que también lo escuches a Él.
Y ahora, que nos encontramos tranquilos y serenos, podemos comenzar nuestra oración de la mañana:
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO…
Comenzamos la mañana escuchando el Evangelio según San Juan:
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
A Tomás le cuesta creer en lo que no ve. Le falta confianza. Pero hay muchas cosas que no vemos y están ahí.
No ves el calor, pero notas cuando tu piel se calienta al sol.
No ves el cariño de un amigo, pero sabes que te da un abrazo si estás triste.
No ves el amor de tus padres, pero sientes su beso en tu mejilla cada mañana.
En todos esos gestos podemos ver a Jesús en nuestro día a día. Le damos gracias por acompañarnos en las personas que nos quieren.
Terminamos rezando todos juntos… PADRE NUESTRO, QUE ESTÁS EN LOS CIELOS…
Beato Marcelo Spínola, acompáñanos en nuestro caminar.
María, Virgen de Loreto, llévanos a Jesús.


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